martes, 14 de diciembre de 2010

Cenas de empresa y amigo invisible


La cena de empresa es el acontecimiento del año ( para bien o para mal) de la mayoría de susodichas. En ellas se viven situaciones impensables que en otro contexto podrían ser motivo directo de despido.

Durante su desarrollo, podríamos hacer un análisis de la conducta de sus asistentes.

 Llegaríamos a la conclusión de que en la primera hora todos somos más o menos recatados , no es plan de que los colegas se formen un mal concepto de un@. A medida que las copas se van llenando ( y vaciando,obviamente) se va animando el ambiente.

El punto de inflexión lo marca el primero que deja aflorar el Pepe Reina que lleva dentro: Camarero, quéééé, Camarero, quéééé, una de mero, una de qué??, una de enero, dos de febrero....

A partir de entonces todo vale, se abre la veda.

Te pones a filosofar con el jefe sobre la vida,haciendo esfuerzos sobrehumanos por vocalizar todo lo posible, ardua tarea teniendo en cuenta que tu porcentaje de alcohol en sangre es bastante más elevado que el deseado.

Le robas la corbata al compañero y la usas a modo de diadema, que queda muy festivo. Siguiendo esta misma línea, te unes a la conga improvisada que han organizado , cogiéndole el michelín al sieso del gerente y sintiendo cómo te sopla la nuca el salido de mantenimiento. Pero no te importa,el espíritu de confraternidad se ha apoderado de ti.

Es muy importante que antes de alcanzar semejante estado etílico ,se intercambien los regalos del amigo invisible, más que nada porque teniendo en cuenta que se van a dar regalos de máximo 5€ de dudoso gusto , es necesario tener autocontrol para poder fingir y poner buena cara en caso de ser necesario.

Sinceramente, no sé por qué le llaman amigo invisible si desde el minuto cero todo el mundo sabe quién regala a quién.

En este sentido, podríamos clasificar a los jugadores en varias tipologías:
  • El honesto que se lo toma totalmente en serio y no te dice quién le ha tocado por más que le intentas sonsacar. 
  • El que te contesta inmediatamente, sin hacerse de rogar; - Tú: (con tono de estar infringiendo la ley) ¿Quién te ha tocado?vaaaa dímelo venga, porfa ; -Tu compi: (ipso facto)Ana, de marketing; -Tú (con tono de decepción): ¡¿¿Pero por qué me lo dices??!; -Tu compi: ( con tono de "esta tía es jilipollas") ¡Porque me lo has preguntado! ; -Tú: ( entre sollozos) ¡Pero era retórico! si me lo dices no tiene gracia ; -Tu compi: ( directamente te ignora, se levanta y hace mutis por el foro mientras va cuestionándose en voz alta tu cociente intelectual).
  • El que te lo cuenta todo sin que tú se lo preguntes; - ¿Quién te ha tocado?a mí Pedro de administración, le voy a dar los 5€ y que se compre él lo que quiera.

Por disparatado que suene, me parece buena idea porque comprar este tipo de regalos es toda una odisea.

Se me ocurre que podría ser muy práctico que el Carrefour inaugurase en estas fechas un pasillo especial para estos regalos.

 En él encontraríamos el típico tanga con elefante incorporado cuya trompa hace las veces de receptáculo genital, las pichitas a cuerda (también disponibles en formato tetas), el dado con posturas erótico-sexuales y cosas por el estilo.

Habría también un estante más conservador con el socorrido marco,la típica bufanda, los simpáticos peluches, los prácticos calcetines o el popular Oscar "al mejor...".Hay que tener en cuenta que también participan los jefes y no es plan de regalarle unas tetas autómatas a quien te paga la nómina.

Tampoco podrían faltar en el pasillo las regalos canallas con doble sentido: unas pinzas de depilar para el uniceji de la oficina, un kit de higiene personal para el guarrete, una caja de tila para la neurótica, un champú anticaspa para... bueno, me ahorraré esta obviedad.

Mientras el Carrefour estudia mi idea, otra opción es recurrir al chino de turno e ir cogiendo cosas al azar hasta alcanzar el presupuesto, sin pensar en los posibles gustos del sorprendido.Da igual, si total en estas ocasiones nadie se sincera, podrías regalarle un cepillo a un calvo que te daría las gracias y fingiría que le encanta aunque lo que realmente le encantaría fuese tirártelo a la cabeza y saltarte un ojo, ¡por graciosillo!

Volviendo a las cenas de empresa, lo que es muy divertido es observar el festejo que las sucede, sobre todo si eres ajena al evento.

 Cuanto mayor es la edad media de la plantilla, más jocosa la situación.Además, como la mayoría de cenas se celebran en las mismas fechas, te presentas un día en una discoteca y te sorprende un panorama bastante peculiar. El local repleto de corros compuestos por marujillas, con el bolso colgado de un brazo y con el otro sujetando el abrigo. Son las típicas que al acabar la cena, en pleno subidón dicen algo así como " Ahora no nos vamos a ir a casa, ¿no? hoy que está el Antonio con los niños ¡¡vamos a mover el esqueleto!!" ... Mover el esqueleto... en fin, hay frases que dicen tanto de una persona.

Lo curioso es que ese grupito bailongo, es el mismo que en un momento u otro de la noche suelta aquello de " Uyyyy ¿ no os parece que la música está muy alta?". Quizás es que se les han pasado las ganas de bailar al comprobar que no saben cómo hacerlo. Lo notas porque miran indecisas a su alrededor, intentando copiar los pasos de sus compañeras de guateque. Lo intentan pero no lo consiguen y acaban haciendo su propia coreografía alternando pasos de la Macarena y del Paquito Chocolatero que son los únicos bailes que dominan.

Luego están los típicos salidos de la plantilla, que aprovechan la coyuntura para arrimarse a alguna compañera despistada. Y lo hacen con bastante poco criterio, intentándolo con 8 de cada 10, cuanto más lo intenten más probabilidad hay de que cumplir su objetivo.

Este tipo de eventos son un caldo de cultivo de situaciones memorables. No entiendo que aún así haya gente que los aborrezca. Permitidme decir algo en este sentido.

No es por hacer apología al alcohol, ¡que el altísimo me libre!pero creo haber encontrado la raíz del problema.Es más complicado ponerte a hacer el chorra delante de la gente que te ve el jeto a diario si mantienes intactas todas tus cualidades mentales ¡y es tan gracioso ver a tu jefe emulando a Chiquito! que es una pena estar sobrio. Así pues: no hay cena de empresa aburrida sino cena de empresa con copas de menos.

martes, 7 de diciembre de 2010

Qué hace una chica como yo en un sitio como éste

Cuando cumples ciertas edades compruebas que las alternativas de ocio nocturnas, en cuanto a discotecas se refiere, presentan algunas lagunas para los de tu quinta , la sensación se acentúa cuando sales simplemente por pasar el rato, sin intención de acechar ninguna presa.

En el momento en que entras en una discoteca y ves que le sacas hasta 10años a los que te rodean, puedes decir dos cosas, primero; que quizá tu sitio no está entre esas cuatro paredes y segundo;que ya has iniciado tu camino hacia el pureteo. Los años que te separen de ellos te indicarán cuán cerca estás de la meta, o incluso si ya la has rebasado. En este último caso te aconsejo que des media vuelta y vuelvas a casa, alquiles una peli y te envuelvas con una manta. Hay que saber retirarse a tiempo y sobre todo y más importante, con dignidad.

Te lo digo más que nada porque puede resultar traumático darte cuenta de que no pintas nada, entre tanto post púber ultra maqueado/a . Porque hay qué ver cómo está el patio...Ahora no basta con ponerte falda y alisarte el pelo ( yo soy de las que piensa que con alisarte el pelo está todo arreglado) Las cosas han cambiado... ¡y mucho!. Ahora tienes que mezclarte con cuerpos esculturales bronceados en pleno diciembre, con los pechotes desorbitados desafiando a la gravedad, con estilismos estudiadísimos, tacones que requieren arnés para subirse a ellos y peinados cuyo making off es igual de complejo que el de "El Señor de los Anillos". Por no hablar del sector masculino, que cuenta con los miembros más hipermusculados de la historia. Parece que tengan golondrinos porque han de llevar los brazos medio abiertos, la masa muscular les impide bajarlos del todo. Como esto siga así, sospecho que en un futuro próximo en vez de beberse un cubata, aprovecharán el tiempo y se tomarán un batido de esos protéicos, para que sus músculos sigan creciendo sin descanso. Es todo muy natural. A veces no sabes si estás en una discoteca al uso o si los lugareños se están disputando el título de guap@ oficial. Tanto es así que corre una leyenda urbana que dice que ahora te pueden vetar la entrada por no estar lo suficientemente buenorro/a. Por ejemplo, si la bola de tu brazo o una de tus tetas es más pequeña que la cabeza del portero, te pueden dejar en la calle.

Ante semejante panorama, es comprensible que me sienta a la altura del betún, incapaz de superar tamaña sofisticación y la idea de volver a mi guarida me aceche sin cesar. Yo, que soy de lo más normal, que llevo el mismo peinado desde que tengo pelo y empiezo a ponerme cuello alto a finales de agosto. Qué hago pasando penurias y poniendo a prueba mi autoestima pudiendo estar en casa calentita. Éste es otro de los indicadores fiables de que vas dejando atrás la edad del pavo y ganando en sensatez. La insensibilidad hacia el frío es inversamente proporcional a la edad, lo que te permite desafiar a las gélidas temperaturas y pasearte alegremente en tirantes con un escote por el que te asoma el ombligo. Cuando emprendes el camino del pureteo la lana gana a la licra y el cuello alto desbanca al escote, cambias aquello de " Lo que se coman los gusanos que lo vean los cristianos" por un dicho mucho más pragmático "Mejor sugerir que enseñar" y cuando ya eres 100% pureta te riges por lo de "Ande yo caliente, ríase la gente".

Después de esta reflexión nocturna, realmente creo que hay un eslabón perdido para los que tenemos entre veinte muchos y treinta y tantos.O te rodeas de post adolescentes ávidos de todo o de gente que podría salir en la orla de tus padres... Algo falla... Propongo un nuevo baremo para las discotecas, " para mayores de 25 pero menores de 35" ( lo siento, cuando pasas de los 35 eres oficialmente pureta, aunque tú te sientas un jovenzuelo/a, pero bueno venga, si te conservas bien te podría dejar pasar), de este modo evitaríamos escenas tan surrealistas como la que yo viví cuando,en una de mis escapadas nocturnas, se me acercó un proyecto de macho alfa de entre 17 y 19 años y me preguntó a qué hora tenía que estar en casa...¡os juro que es cierto! en parte me alegré porque eso me indicaba que mis incipientes patas de gallo no son tan acusadas como pensaba, aunque a pesar del halago no pude dejar de preguntarme con cierta nostalgia " Qué hace una chica como yo en un sitio como éste."

domingo, 28 de noviembre de 2010

Extrañas vocaciones

Sin ánimo de ofender y que me perdonen los aludidos, hay vocaciones que me desconciertan. Me sorprende que alguien decida por motu propio estudiar durante varios años para acabar siendo, por ejemplo, callista o higienista bucodental. En qué momento de tu vida decides que quieres dedicarte a limar callos, sacar ojos de pollo, higienizar bocas con sarro o aspirar babas. Y lo que es más importante ¿por qué? qué extraño y oscuro motivo te mueve a hacerlo.

Ante este panorama se me plantean varias dudas. ¿Tendrán algún plus por asquerosidad o similar? porque por muy vocacional que sea, dudo que a alguien le agrade enfrentarse a semejantes gajes del oficio, cuando éste está intrínsecamente relacionado con partes del cuerpo que pueden llegar a apestar. Me pregunto también qué tareas delegarán a los pobres becarios. Si normalmente han de desarrollar todo aquello que el resto deshecha, no quiero ni pensar qué clase de atrocidades les obligarán a hacer en estos sectores, seguro que en más de una ocasión han tenido que disimular la arcada.

Posiblemente hable desde la ignorancia y ambas profesiones sean apasionantes y heterogéneas, pero así, a bote pronto, me quedo con lo más popular y superficial, que me ha provocado cierta acritud hacia ellas, relegándolas así a los últimos puestos de mi lista de aspiraciones profesionales. Reconozcamos que no suena igual decir "Mamá, quiero ser artista" que "Mamá, quiero ser callista", por mucho que rimen. Y tú... ¿qué no quieres ser de mayor?




sábado, 30 de octubre de 2010

Granos mutantes


Hay granos que asustan e intimidan. No me refiero a las insignificantes espinillas camuflables con un poco de maquillaje. No. Hablo de esos granos mutantes que aparecen en el sitio menos indicado pero más visible de tu cara de la noche a la mañana, sin avisarte, y acaban siendo el centro de todas las miradas.

Normalmente sigue un patrón de crecimiento bastante estandarizado. A primera hora de la mañana es de color rojo fluorescente, aunque su tamaño no es monstruoso, lo que realmente asusta es el potencial que se le adivina. A medida que van pasando las horas notas cómo va creciendo y lo notas porque este tipo de granos DUELE. Cuando vuelves a mirarlo percibes una puntita blanca que asoma tímidamente que no es más que un presagio de lo que se avecina...se masca la tragedia. Por la tarde el grano llega a su punto álgido, lo que antes era una nimia mota de pus se ha convertido en una bola asquerosa y desmedida. El grano mutante fluorescente está completamente desbocado, tiene identidad propia y tu cara no es más que su medio de transporte.

En este último estadio es cuando las madres suelen decir eso de " No te lo petes que se te quedará la marca. Si no pasa nada, es algo normal". Será normal, pero no puedes pasearte felizmente con un grano mochilero de ese calibre que amenaza con explosionar en cualquier momento;principalmente porque invita al vómito. Así que no hay más remedio que acabar con él. No existe alternativa, intentar camuflarlo sería como querer esconder un elefante detrás de un bonsai.

Con ansias de venganza lo estrujas hasta aniquilarlo, pero sólo puedes acabar con la mochila de pus, el grano sigue vivo... y tu cara se convierte en una carnicería. Los restos agonizantes permanecen durante días en la escena del crimen, evidenciando la masacre. Entonces vuelve a mutar y se convierte en un híbrido entre pupa y quemadura con madera de líder, capaz de atraer la atención de todas las miradas y despertar la curiosidad de los que te rodean " ¿Qué te ha pasado? ¿Qué es eso?... ¿Le puedo hacer una foto?... " llegados a este punto no hay mucho que hacer, sólo esperar a que decida irse si quiere... y si no siempre puedes bautizarlo y abrirle un perfil en facebook, quizás así encuentre amiguitos nuevos y te deje por otr@. Moraleja:haz siempre caso a tu madre... o te quedará la marca.

jueves, 21 de octubre de 2010

La época del moco

La época del moco es la que comprende los meses en los que al vestirte por la mañana no sabes si ponerte la camiseta de manga corta o el jersey de manga larga. Ante la duda, decides ponerte la de media manga y la socorrida chaquetita-de-entretiempo. Desgraciadamente cuando sales a la calle maldices no haberte puesto el forro polar. Hasta que llegas al metro, donde la temperatura es similar a la del trópico y empiezas a sudar y a sudar. "Bueno, al menos no paso frío" piensas. ¡Ja! ¡alma cándida! aún tienes que hacer transbordo al autobús cuyo conductor, a juzgar por la temperatura del aire acondicionado, es un tipo muy caluroso. El sudor se te empieza a secar en el cuerpo y pasas del calor tropical al frío siberiano en cuestión de minutos.Llegas al trabajo en estado de hipotermia, pero por poco tiempo porque tus colegas te están esperando en la oficina en pareo y con maracas con una agradable temperatura de 35º, haciendo caso omiso a lo del consumo responsable. Y tus glándulas sudoríperas se ponen de nuevo en acción.

Y la historia se va repitiendo día tras día. A la alteración térmica artificial se unen los caprichos climatológicos propios de la época. Cuando decides abrigarte llega una masa de aire africano y los termómetros vuelven a subir, y tú por más que te esfuerzas, siempre acabas llevándole la contraria al tiempo y así es como tu pobre e indefensa nariz se dirige inevitablemente hacia un constante moqueo.

La época del moco es también época de contrastes, de variopintos panoramas.La diversidad la generan dos grupos diferenciados, pero igualmente desequilibrados. Por un lado están los que se resisten a aceptar que el verano ya pasó y siguen vistiéndose con estivales atuendos independientemente de la temperatura que haga y haciendo caso omiso a la erección de sus pezones. En el otro extremo se encuentran los que al mínimo descenso se visten temerosos por la llegada de una ola de frío polar. Y vas por la calle y lo mismo te cruzas con alguien en tirantes y chanclas o con abrigo y bufanda.


A mí personalmente esta situación me estresa bastante. Porque lo que tendría que ser una simple elección textil se convierte en toda una odisea. Tengo que pensar que aunque a primera hora el ambiente sea frío posiblemente a mediodía el calor será bochornoso y que por la noche volverá a refrescar... me dan ganas de quedarme en casa en pijama. Yo propongo algo para acabar con el problema. Votemos en referéndum una fecha fija para que pasemos del calor al frío de repente, sin transiciones, ¡a lo loco!. Creo que resultaría mucho más práctico y nos ahorraríamos muchos constipados.

El día de antes haríamos el cambio de ropa en nuestro armario y sabríamos qué ponernos por la mañana. Podríamos vestirnos como personas y no como cebollas,porque haría frío durante todo el día, desde la mañana hasta la noche, sin medias tintas.¡Erradiquemos el entretiempo y acabemos con su tiraníal! estoy harta de sus tonterías y sus caprichos. Mi nariz parece un campo de tomates y no gano para kleenex. ¡Sí al referéndum, corre la voz!




viernes, 15 de octubre de 2010

Las patillas tiene pelos


Aviso importante a los hombres que se tiñen: Las patillas tienen pelos. Puede parecer un mensaje obvio pero me veo en la obligación de ponerles sobreaviso porque en más de una ocasión me he encontrado con el desagradable panorama de un señor con su cabellera, o lo que queda de ella, peliteñida pero con las patillas de serie, sin colorear, marginadas en un mar de plata.

¿Esto por qué será? ¿porque no hay suficiente tinte? ¿quizás lo hacen para dar a su look un aire descuidado y natural como diciendo " Si yo no me tiño, mira, tengo canas en las patillas"? Pués no, el resultado es contraproducente y lejos de aportar naturalidad gritan la evidencia. Lo mismo pasa con los bigotes. No son compatibles porque crecen a una velocidad superior, así que, si decidís teñiros el pelo, afeitaros las patillas y prescindir del bigote, por vuestro bien, bueno por el bien de todos porque resulta antiestético e incómodo a la vista.

Es parecido a lo que ocurre cuando una chica morena decide convertirse en rubia... ¿qué hace con las cejas? Obviamente no se las va a quitar como si de un bigote se tratase.Una posible opción es hiperdepilárselas, pero es difcil cuando son tamaño felpudo. Entonces ¿qué hace con ellas? porque ahí están, recordándole que, en efecto, ella no es rubia. Así pués... ¿se las tiñe también? personalmente, no me parece buena idea, porque quedan artificiales. Como... no sé...raras. Por poner un ejemplo semejante e ilustrativo, es igual de raro que ver a una chica con el bigote ( que no con la pelusilla) teñido de rubio. ¿A que el resultado es extraño? pues para mí es similar a lo de teñirse las cejas, se nota que habido alteración premeditada. Creo que lo mejor en estos casos, en vez de oxigenarse, es recurrir a las mechas, que quedan muy sofisticadas y evitan el contraste ceja negro azabache-pelo rubio pollo.

No puedo hablar de pelos y de resultados extraños, sin hacer una especial mención a los alopécicos renegados, o si me permitís prescindir del eufemismo, Los Calvos con Peluquín. Lo pongo en mayúscula porque creo que merecen un trato deferente; hay que tener valor para salir a la calle orgulloso con una mini alfombra en la cabeza. Pero antes de explayarme es importante que diferencie entre: 1) Los calvos integrales; 2) Los que conservan una franja de pelo en la parte posterior. En cuyo grupo entran los señores que, en una obra de ingeniería estética, se dejan crecer el pelo de un lado para pasarlo coquetamente hacia el otro a modo de cortinilla... ¿ en serio se creen que así disimulan la calva? ¿ no hay nadie que les quiera lo suficiente como para hacerles salir de su engaño? En fin, a lo que iba. Una vez aclaradas las diferencias, hablemos de consejos prácticos para este colectivo.

El primer grupo no ha de sopesar tantos aspectos. Simplemente hacerse con un peluquín lo más verosímil posible, si es que existen, y colocarlo lo mejor que puedan para que no parezca que un simpático animalillo está reposando en sus cabezas. El segundo grupo es más problemático porque además de escoger un buen ejemplar, su tonalidad debe ser lo más parecida posible a la de los pelillos que inevitablemente acabarán saliendo por la parte posterior. Las patillas vuelven a ser conflictivas, así que aconsejo destruirlas. En ambos casos el bigote no es viable.

A pesar de las precauciones, los resultados no suelen ser muy favorecedores. Por no hablar de los contratiempos climatológicos ( fuertes ráfagas de viento, chubascos abundantes) que dificultan su uso. Aún así hay quien prefiere renegar de su calva y lucir postizo. Decisión más que respetable, claro que sí... allá ellos y su sentido del ridículo. Supongo que se aferran a eso de " Donde hay pelo hay alegría".

Pués visto lo visto yo añadiría una coletilla al sabio refrán "Donde hay pelo, aunque sea teñido o postizo, hay alegría" así que aquí ¡todos contentos!



sábado, 9 de octubre de 2010

El Sr. Noky

Hace tanto tiempo que lo tengo, que la simple idea de deshacerme de él me entristece. Le he cogido mucho cariño, incluso lo he bautizado como el Sr. Noky, referirme a él simplemente como "mi móvil" no me parecería apropiado.


El Sr Noky es un móvil austero, sencillo, sin pretensiones...de hecho casi sin prestaciones.No hace fotos,no acepta politonos,ni hablar de reproducir vídeos,no sabe qué es el bluetooth y lo de conectarse a internet le suena a cienciaficción. ¡Una mierda de móvil vaya! de la quinta de Carracuca, lo sé, soy consciente, pero somos un pack indivisible, como los yogures, y deshacerme de él ser
ía como perder parte de mi historia.

Reconozco que si lo renovase podría disfrutar de todos los avances tecnológicos de estos últimos 6 años. Al igual que en la vida gatuna un año computa como 7, teniendo en cuenta cómo evoluciona la telefonía móvil el Sr.Noky debe de rondar los 60 años...lo que me hace pensar que quizás haya quedado un poco obsoleto.
No sabría decirte qué modelo es ¿un Nokia 3120 quizás? ni idea. Yo le llamo Nokia Vintage que queda muy cool. Para que te hagas una idea es como el tatarabuelo del iphone. Creo recordar que el modelo anterior al suyo iba a pilas. Estoy pensando en contactar con el equipo de Cuéntame porque quizás les interese como atrezzo. Con la de años que hace que la emiten, dentro de poco llegarán a los 90 y sacarán los primeros móviles y ahí es donde veo posibilidades para el Sr. Noky.

A pesar de todo, tiene muchas ventajas, por ejemplo, si por error me lo robasen algún día, estoy segura de que me lo acabarían devolviendo ¿ quién iba a querer un teléfono que lo más moderno que puede hacer es vibrar y sonar a la vez?.

He de confesar que a veces me da vergüenza sacarlo en público. La gente me mira raro, como con superioridad por mi arcaísmo pero a la vez fascinados ante la reliquia. Supongo que su asombro será similar al que yo siento cuando, por ejemplo, se llevan los pantalones de pitillo y veo a alguien con pantalones acampanados. Percibo la lástima en sus miradas, como diciendo... "Pobre desgraciada, tiene un móvil con la pantalla en blanco y negro"... pero a mí me da igual.

Lo curioso es que funciona de maravilla, resiste todo tipo de golpes, por duro que esté el suelo o por alta que sea la mesa desde donde cae. Entonces, ¿ por qué tendría que cambiarlo? supongo que el consumismo nos ciega y tratamos como necesidades lo que en realidad son caprichos. Pero no se preocupe Sr. Noky, seguiremos juntos por los siglos de los siglos... bueno, por los siglos de los siglos o hasta que consiga los puntos suficientes para cambiarle por uno último modelo. Lo siento, entiéndame... yo no quiero, pero ellos me obligan. Renovarse o morir.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Pura casualidad

Como venía siendo habitual desde hacía algunos meses, miró el buzón al llegar a casa con la esperanza de encontrar una postal .Ese día hubo suerte, al introducir la mano en la abertura notó su tacto inconfundible. Le parecía muy romántico recibir correspondencia en una época donde impera lo digital.



Abrió el sobre con cuidado sabiendo que tendría que reutilizarlo y empezó a leerla. Entre piropos y halagos le describía la ciudad en la que ahora estaba. Cada mes una distinta. Se despedía como siempre recordándole lo mucho que la quería y cuánto la extrañaba. Le daba mil besos y un millón de abrazos. A juzgar por cómo se expresaba debía de ser un hombre culto, algo mayor que ella, rondando los 50. Había inventado su propio amante, un tipo atractivo, interesante y cariñoso a quien ni siquiera conocía.


Le encantaban sus palabras. Palabras atentas, cercanas, cómplices, palabras para ella ya olvidadas que hacía mucho tiempo que no oía y que tampoco tenía ganas de decir. Cogió la postal y la devolvió al sobre, chupó el borde para cerrarla. Le supo amargo. Al día siguiente la llevaría personalmente a su destino. Una dirección idéntica a la suya: el mismo número, mismo piso, misma puerta, de una calle con el mismo nombre de la plaza en la que ella vive. Pura casusalidad, mera coincidencia, suficiente para confundir a un cartero despistado y hacerla soñar a ella con una historia que no era suya.


Como venía siendo habitual desde hacía algunos meses, escribió mentalmente la carta que le escribiría si tuviese oportunidad.Lo hacía mientras preparaba la cena con prisa. Se le había hecho tarde y su marido estaba a punto de llegar. Probó la sopa que cocinaba y no le gustó. Le supo amarga.

domingo, 22 de agosto de 2010

Cerrada por vacaciones

Hay a quien le deprime la ciudad en Agosto. A mí no. Me encanta el aire fantasmal que desprenden sus calles medio desiertas. La presencia de coches es casi anecdótica. Los semáforos se me antojan mero atrezzo completamente innecesario. Todo está más sosegado, como si viviese en un domingo que se eterniza. Parece que quiere despertar pero no puede. Le faltan los pasos, el murmullo, el hervor de su gente que la hace latir. Sólo algunos despistados se pasean por sus calles, leyendo el mismo cartel que se repite "Cerrado por vacaciones". Me cuesta reconocerla sin su habitual trasiego. Aunque no parece que le importe, se la ve más apacible, cercana y relajada, supongo que ella también necesita vacaciones.

jueves, 12 de agosto de 2010

Manías

Son curiosas las manías. Nos muestran a grosso modo cómo son las personas que las sufren. Todos tenemos alguna, quizás tan interiorizada que a penas reparamos en ella, pero ahí está, condicionando en mayor o menor grado nuestras vidas. Las hay para todos los gustos: enfermizas, obsesivas, simpáticas, infantiles, vulgares, anecdóticas...

Mi cuñada Lidia tiene una manía clasificable en este último grupo: entre anecdótica y peculiar. Consiste en lo siguiente: tiene la necesidad vital de leer todos los folletos, libros de instrucciones,prospectos, composición, etc. de todo aquello que se compra ella, sus conocidos, familiares y/o amigos. No hay etiqueta que se le resista. De hecho creo que ha pasado de ser una manía a ser una afición. Disfruta haciéndolo.

Las navidades pasadas mi madre me regaló un robot de cocina de esos fantásticos que le metes un pollo con plumas y te saca cocinado un pollo al jerez con reducción de manzana y patatas para chuparse los dedos
. Cuando se lo expliqué, me preguntó rauda por el libro de instrucciones para conocer todo lo que aquel robot podía hacer por mí. Le dije que tenía que reclamarlo porque no venía en la caja. Me miró con recelo y tristeza, noté cómo contenía las lágrimas. Le ofrecí el libro de recetas para compensar el disgusto, pero lo rechazó con desgana, no es el tipo de lectura que le seduce.

Me sorprende su extraño hobby. La mayoría de los mortales aborrece tener que leer las odiosas e incomprensibles instrucciones para poder empezar a utilizar algo. Yo intento evitarlo a toda costa. Sigo dos pasos de ejecución. Primero: indago si alguien de mi alrededor tiene el mismo aparato para que me dé una clase magistral de cómo funciona y ahorrarme así la soporífera lectura. Es mucho más pragmático que te lo expliquen. Igual que cuando estudias, que te dicen que si vas a clase interorizas mejor el concepto. Pues esto es lo mismo.Segundo paso: si desafortunadamente no encuentro a nadie, me resigno y leo las indicaciones básicas e imprescindibles para poder empezar a usar la máquina ( perdiéndome así un montón de prestaciones, según lo que me dice mi cuñada Lidia) . Por supuesto, esto es sólo para salir del paso. Después le doy las instrucciones y ella las lee, las subraya y destaca lo más importante. Se lo lee todo, desde la portada hasta la contraportada pasando por los diferentes idiomas, aunque no los entienda. Se involucra tanto en la historia que pasa del castellano al portugués y del portugués al alemán sin a penas darse cuenta. La trilogía de Millenium resulta aburrida comparada con un buen libro de instrucciones.

Pero como te decía, su incontinencia lectora no acaba aquí. Lo mismo se lee el manual de la Termomix que la composición del detergente, le da igual. Para mi esto es muy práctico, si quiero saber las contraindicaciones de un jarabe sólo he de preguntarle , muy posiblemente se haya leído el prospecto en algún momento de su vida.

Si la psicoanalizasen seguramente encontrarían alguna explicación lógica. Yo tengo mi propia teoría. Es una hipótesis inventada sin fundamento alguno pero no importa ( es mi post y escribo lo que quiero). Creo que de pequeña su hermano mayor, en una travesura propia de la edad, le escondería todos los libros. La pobre niña, ávida de cultura y sedienta de lectura, se buscaría rescursos alternativos para paliar la falta. Hoy aquella niña, convertida ya en adulta, sigue ejerciendo esa práctica, como acto impulsivo con reminiscencias del pasado, pero también para recuperar de algún modo la inocencia perdida... Perdón. Siento el desvarío. A veces dejo aflorar mi faceta de psicóloga fustrada y pasan estas cosas. Hay otra explicación menos fantasiosa pero más verosímil que también hay que contemplar. Quizás su manía, sea una manía más, sin importancia ni explicación y lee las instrucciones o etiquetas porque quiere saber cómo funciona el aparato de turno o cuál es la composición del detergente. El saber no ocupa lugar.

Sea como fuere no seré yo quien se la quite. Tengo una lavadora nueva y aún no sé cómo funciona.

viernes, 6 de agosto de 2010

Realidad imaginada

A veces las cosas no resultan como esperábamos. Te das cuenta de que el voceto que tienes delante apenas se parece al cuadro que imaginaste. Aunque si hubiese sido un calco exacto, posiblemente también lo hubieses acabado aborreciendo. Lo idealizado al materializare se vuelve real y por ende pierde nuestro interés. Eso sí, tendrías el dulce sabor de haberlo conseguido. Ahora te queda el consuelo de haberlo intentado y la incertidumbre de pensar si te rendiste demasiado pronto.

jueves, 15 de julio de 2010

Operación bikini


Ayer me compré un bikini. Desde entonces sólo ingiero alimentos diuréticos que me ayuden a eliminar todo lo que mi cuerpo no necesita.

Después de un feliz invierno de grasas trans camufladas en pantalones largos y holgadas camisetas, llega el verano tan cruel y sincero, sin lugar para el disimulo.

Me encontraba a solas con aquel dos piezas, aparentemente inofensivo pero tremendemente nocivo para mi autoestima, en un probador hecho a mala leche.

Te recreo el escenario para que veas que no exagero. Luz blanca cenital que bajaba varios tonos mi ya de por si lechosa piel y aumentaba en mil mis imperfecciones; cantidades ingentes de celulitis, pelos, venitas, varices... que os juro que no había visto anteriormente. 3 espejos; uno frontal y dos laterales que devolvían la imagen de mi curvilíneo cuerpo medio desnudo en 180º.  

Demasiada información. ¿Ese culo es mío?¿en serio? pues me lo cruzo por la calle y ni lo conozco. ¡Qué depresión, cuán cruel puede llegar a ser un espejo!.

A pesar del trauma acabé comprándome el bikini. Estaba al 5o%, motivo más que suficiente para llevármelo aunque me quedase como un tiro. 

Eso sí, me propuse firmemente deshacerme del tejido adiposo y de esos kilos de más a los que nadie había invitado a atrincherarse en mí. No sé desde cuándo convivo con ellos, quizás venían de regalo con el chorizo y el chocolate que he estado ingiriendo despreocupada en los últimos meses. 

Creo que este tipo de alimentos deberían avisar de las consecuencias de su ingesta. Al igual que hacen con el tabaco podrían poner  frases de advertencia tipo " Si comes de esto tus caderas irán adquiriendo dimensiones desorbitadas" o " ¡Cuidado! provoco celulitis galopante". 

Dispuesta a iniciar la operacion bikini me dirigí al Mercawoman para comprarme el más eficaz de los anticelulíticos, pero que costara como máximo 5€, que no tengo el monedero pa´ despilfarros.

Al llegar a la sección de cosméticos descubrí que en la zona de las cremas anti piel de naranja ( me encanta este eufemismo) había over booking. Por lo visto no soy la única con este problema. Un grupo considerable de chicas leía concienzudamente los efectos de aquellas cremas que prometían ser casi milagrosas y que iban a convertirse en sus aliadas en su personal cruzada.

Me uní a ellas y estudié todas las posibilidades que me ofrecían. Me perdí entre tanta promesa utópica: reafirmante, liporeductor, dermotensor, anticelulítico de choque con soja, estimulante de la circulación perifércia... ¿circulación periférica? Me sonó como a circulación chunga de extrarradio, debe de ser la Belén Esteban de las circulaciones.

No sabía cuál escoger y pensé que lo mejor sería que me asesorara una profesional, así que le pregunté a una de las dependientas que había por ahí. Por cierto, juraría que era la misma que el día anterior me atendió en la carnicería y semanas antes me había cobrado en la caja, lo que me hizo dudar de que realmente tuviese algún conocimiento fidedigno sobre la materia.

Aún así le planteé mis dudas. Dejó de reponer colonias, me miró fijamente a los ojos y cogió el repertorio de cremas que yo llevaba entre las manos. Se limitó a leer lo que ponía en la caja pero dándole una entonación especial y espontánea que transformaron su lectura en un persuasivo discurso. Acabó su soliloquio escogiendo una crema al azar y diciéndome amigablemente "Ésta te irá muy bien"

Posiblemente aquella chica tenía el mismo conocimiento de lo que me estaba diciendo  del que yo tengo sobre física cuántica, es decir, nada, ni puta idea.

Pero necesitaba que alguien corroborase que ese gel frío liporeductor redibujaría mi figura y eliminaría el tejido adiposo aportando a mi piel su tersura natural. Así que me lo creí, confié en ella y me lo compré. 

Me aconsejó también un brebaje a base de hierbas naturales y algas marinas que, según me aseguró,"deshincha un montón". Me lo compré también. Estaba dispuesta a creerme todo lo que la carnicera-cajera polivalente me dijera.

Llegué a casa con un nuevo halo de esperanza, ansiosa por empezar a ver el resultado de mi recién adquirido arsenal de belleza. 

Me bebí aquel líquido que sabía como a estiércol y me apliqué a conciencia el anicelulítico insistiendo en las zonas rebeldes y masajeando hasta su total absorción.

Para calibrar su eficacia volví a probarme el bikini y oye, no sé si será porque mi espejo me resulta más amable, por el efecto placebo o porque la luz estaba apagada, pero me encontré mucho más esbelta.

Me puse tan contenta que me dieron ganas de comerme un crusán de chocolate para celebrarlo. Pero me contuve y a cambio me comí una manzana. Muy sana, muy rica y casi igual de apetecible. Aunque el trueque no me pareció comparable, pensé que era lo más sensato para cumplir mis objetivos. 

¡Maldita operación bikini! propongo cambiarla con carácter urgente por la Operación Neopreno, que a efectos prácticos es lo mismo y nos daría un poco más de tregua.

Y pensar que hay gente que puede comer cual tocino sin que se resienta su figura. La envidia me corroe. Yo me expando si miro  fijamente cualquier alimento durante más de 20 segundos.

Aunque me consuelo pensando que, a pesar del tipín, seguro que tienen el colesterol por las nubes. 

Yo en cambio, aun con mis lorzas y mi piel de naranja, llevo mis triglicérigos a raya. Quien no se consuela es porque no quiere.

sábado, 19 de junio de 2010

¿Berenjena o calabacín?

Después de varias infusiones diuréticas mi bufeta rompió su tregua y tuve que ir inexcusablemente al excusado. Cuando llegué al baño me encontré con algo cuanto menos desconcertante. Después descubriría que los dueños del bar habían organizado una especie de gincana para amenizar la estancia de sus clientes.

El objetivo estaba claro; conseguir mear sin hacértelo encima. Me encontraba delante de la primera prueba, averiguar cuál era el baño de chicas, aunque antes tenía que averiguar qué diantres habia dibujado en cada una de las puertas. Por lo visto el típico muñeco de toda la vida, lacito en la cabeza: mujeres, lacito en el cuello: hombres, o su otra variante muñeco con vestido:ellas; muñeco con pantalones:ellos, se han jubilado y han dejado paso a otros dibujos más creativos pero mucho menos comprensibles. Juraría que lo que tenía delante era un calabacín y una berenjena... ¿ o quizás un pepino y una col lombarda?. No lo tenía nada claro pero me arriesgué y aposté por la primera impresión que dicen que es la buena. De todas formas yo hubiese escogido otras opciones menos fálicas y más sugerentes que no diesen lugar a equívoco, como un nabo y una patata.

Bien, ya sabía que pertenecía al grupo de " Las berenjenas" ( más por lo femenino del nombre que por su forma) y por tanto a qué baño tenía que entrar. Primera prueba superada. Al intentar abrir la puerta comprobé que estaba cerrada. ¿ Quizás otra berenjena estaba regando el huerto? Entonces leí el cartel: "Pidan la llave al camarero". Deduje que esa era la terecera prueba. Tuve que ir hasta la barra con las piernas cruzadas y mi mano haciendo presión sobre mi berenjena para evitar la incontinencia. Intenté disimular al máximo para no parecer una loca obsesa, pero por la cara de los ahí presentes creo que no lo conseguí.

Ya con la llave en mi mano abrí la puerta todo lo rápido que pude. Una vez dentro aún me quedaba por superar la última prueba. Hasta ese momento mi mente había estado enviando órdenes de bloqueo a mi conducto urinario pero se había cansado después de tanto jueguecito. Además, al encontrarse cara a cara con el Señor de Porcelana se había emocionado y se negó a retener ni una gota más. Es curioso cómo es capaz de aguantar durante horas y al verse entre esas cuatro paredes le sobreviene la impaciencia. Empecé a ponerme nerviosa. Temí que el desastre fuese imminente, entonces recurrí al viejo truco de " pensar en otra cosa". Mientras hacía la compra mentalmente, me desabroché los pantalones con toda la rapidez y destreza que pude. Con las posaderas al aire adopté la postura que mi novio ha bautizado como " vuelo rasante". Entonces noté cómo se relajaban todos mis músculos a la par que se dibujaba en mi cara una tímida sonrisa delatadora.

A excepción de dos gotitas insignificantes puedo decir que conseguí mi objetivo, me sentía orgullosa a la par que aliviada. Después de toda aquella odisea pensé que al tirar de la cadena se oirían trompetas de victoria y animadas voces coreando mi nombre. Pero nada, lo único que obtuve fue el sonido vulgar y aburrido de la cisterna. Me dieron ganas de ir a la barra a reclamar algún tipo de trofeo o diploma de participación. Me tuve que conformar con que el baño tuviera pestillo y papel higiénico ¡de doble capa!... poca broma.

lunes, 17 de mayo de 2010

Te la vas a comer doblada

Desde que tengo blog todo lo que veo, leo o vivo lo interpreto como una provocación o una excusa perfecta para escribir en él. El otro día, por ejemplo, iba caminando distraídamente de vuelta a casa, pensando en cosas tan banales como la pereza que me da prepararme el tupper o el asco que me dan las palomas cuando leí un cartel que rezaba: " Te la vas a comer doblada".

Me impactó tanto que pensé en echarle una foto para aportar pruebas fehacientes sobre lo que iba a escribir, pero mi móvil es de la quinta de Carracuca y no tiene cámara integrada. De hecho no tiene de nada, lo único que puedo hacer con él es mandar y recibir llamadas y mensajes. Te lo juro, por inverosímil que te parezca es cierto. De todas formas, otro día te hablaré del Sr. Noky, que sin duda merece un post para él solito pero ahora volvamos a los que nos incumbe.

El producto que anunciaban era un bocadillo en forma de torta que por sus dimensiones resultaba mucho más cómoda comérsela según las indicaciones, es decir, doblada. Así pues, la frase no era más que un simple e inocente consejo. Pero mi mente, que es menos cándida que perversa, pensó immeditamente en esa segunda lectura mucho más vulgar e irreverente, que en efecto es de lo que se trataba.

Hay que ver cómo son estos publicistas, siempre provocando y jugando con el doble sentido. Pues si se trata de ser pícaros, confieso que al leer el slogan pensé que ya que " te las vas a comer doblada", y por seguir con el jueguecito, la guarnición debería llevar cebolla, por aquello de la rima.

jueves, 6 de mayo de 2010

Todo sobre mi madre

Me hubiese gustado publicar este post el 2 de mayo, primer domingo de mes, como homenaje a mi madre en su día, pero no pudo ser. De todas formas no importa, porque cualquier día es bueno para darle las gracias por todo lo que lleva haciendo por mí desde hace 26 años.

Mi madre es súper auténtica, empezando por su nombre, se llama Patro y le viene como anillo al dedo porque es una mujer todoterreno, lo mismo te hace un vestido de lana que te monta un armario o se va ella sola a Australia sin saber una palabra de inglés. Me encantan sus ojos, son preciosos, de un color azulado, un marino indefinido. Además de los ojos, su carácter también es marino: bravo, impredecible y transparente. Tiene el pelo grisáceo, siempre se ha negado a tapar sus canas. De pequeña quería que se tiñese como hacían el resto de madres, aún no sabía que ella no es como el resto, ella es La Patro, única e inimitable, debería tener denominación de origen. Cuando se casó con mi padre llegó a la iglesia en taxi, con eso te lo digo todo.

Mi caja de recuerdos está llena de buenos momentos que tanto ella como mi padre se han ecargado de ir llenando año tras año. Cuando iba al cole le pedía que me viniese a buscar a la salida con un bocata de nocilla en la mano pero no podía porque trabajaba. A cambio me abrió una cuenta en la panadería donde tenía barra libre de bollos y crusanes. No me pudo traer bocatas pero me ha enseñado a hacer bizcochos que es mucho mejor y desde que tengo uso de razón cada 6 de enero no me faltan mis reyes de chocolate que me hacen sentir como una niña. Y es que por muchas velas que vayamos soplando, para ella siempre seremos "las crías". ( a que sí Her?! ).

Me gusta su fotogenia y celebro no haberla heredado. Me encantaban esas bambas doradas que llevaba cuando aún no estaban de moda. Las lucía orgullosa sin importarle lo más mínimo lo que pensara la gente... hasta que la obligué a teñirlas de negro, no sé por qué me hizo caso. Me reconforta estar con ella porque tengo la certeza axiomática de que con ella todo irá bien. Me asombra que sea capaz de arreglar y encontrar cualquier cosa, por estropeada que parezca o escondida que esté. Esto es posible porque tiene un carnet de superpoderes que le dieron cuando nació mi hermana. Creo que lo tienen todas las madres del mundo y les permite hacer cosas supersónicas.

Dicen que hasta que no eres madre, no aprendes a ser hija. Yo aún no lo soy pero imagino que debe de ser porque entonces descubres una dimensión desconocida e incalculable del amor y te das cuenta hasta dónde puedes llegar a querer, te das cuenta de cuánto te quiere tu madre. Deberían inventar una palabra que recogiese la gratitud que siento por todo lo que ha hecho y sigue haciendo por mí, desde el primer día de embarazo, desde la primera contracción: aguantar a un bebé insoportable que lloraba incansablemente y aún así seguir queriéndolo. Lidiar con una adolescente rebelde e impertinente. Acoger a mi novio como si fuese un hijo. Ayudarme incondicionalmente. Después de todo esto, un simple gracias se queda corto. Hasta que la inventen sólo se me ocurre darle un millón de gracias, hasta quedarme muda. Gracias Trol, gracias por todo. Te quiero.

jueves, 29 de abril de 2010

Soy moderna

El otro día fui de compras y vi algo para lo que no estaba preparada. Entre los tejanos y las camisetas básicas, colgaba una prenda... La miré y la remiré varias veces, tenía que comprobar que fuera cierto. Y sí, te lo confirmo, el body ha vuelto. Esa pieza tan incómoda como antiestética que marca hasta la más ínfima de las lorzas, vuelve a estar de moda.

No sé de quién habrá sido la genial idea pero me gustaría que me lo presentaran para intercambiar unas palabras. Me lo imagino en su casa con los colegas, entre risas de esas que rulan " ¿Sabes qué sería gracioso? que pusieras de moda el body" jajajjajajaja " No hay huevos" "¡¿Qué no?!". Y ahí lo tienes, expuesto en las tiendas de ropa como uno más, fruto de una broma pesada.

¿Qué será lo próximo? ¿las hombreras? ¿quizás esos tejanos sobaqueros desteñidos que hacían culo de pera? Todo esto me preocupa. Impresionada aún por esa hipotética visión, hablé con mi amiga Lorena sobre el tema y me dijo " No te preocupes, si hemos vuelto a ponernos mallas ( porque no nos engañemos, lo que ahora llamamos leggins son las mallas-láster de toda la vida) acabaremos aceptando el body". Sus palabras me hicieron reflexionar. Tenía razón. En este sentido somos parte de una masa amorfa que nos deja sin criterio. La moda se impone hasta el punto de no saber diferenciar entre lo que nos gusta per se y lo que simplemente nos acaba gustando porque es lo que se lleva. De hecho, ésta es la única explicación que encuentro para algunos estilismos.

De todas formas no hablaré muy alto, no sea que donde dige digo diga Diego y me tenga que tragar mis palabras. Y es que intuyo que cualquier día de estos me presentaré en la oficina en mallas y body morcillero con hombreras, que aunque es poco favorecedor está de moda, que es lo importante porque yo ante todo, soy moderna.

domingo, 25 de abril de 2010

Entre el jarrón y la estantería

Hasta que la volvimos a colgar en el salón dormía olvidada en un cajón . De vez en cuando lo abría y la miraba, sentía que me calmaba el alma. Me evocaba sentimientos distintos y contrarios, a veces melancolía porque añoraba lo pasado y otras tantas una falsa ilusión inventada que me hacía creer que si me concentraba en ella podría revivir aquel momento. Además de un instante, aquella vieja foto también había atrapado mi capacidad de ser feliz.

Pero con el tiempo se volvió borrosa. Veía cómo las figuras se desdibujaban, quizás por todas esas lágrimas que habían ido absorviendo. Un día al abrir el cajón noté que lo hacía de un modo distinto, con indiferencia y más por impulso que por voluntad propia. Al mirarla me di cuenta de que había cambiado. Ya no estabas. Pero me daba igual porque la nueva foto era mucho mejor. Al menos en ella volvía a sonreir.


La rescaté del cajón y le quité el polvo que la custodiaba. Decidimos colgarla entre el jarrón que nos regaló mi tía y nuestra nueva estantería donde él guardaría sus CD´s y yo mis libros, pero antes teníamos que dejar que secara la pintura.

jueves, 22 de abril de 2010

¿Y si mañana llueve?


¿ Y si mañana llueve? ¿ y por qué iba a hacerlo? Seguro que saldrá el sol y será radiante, resplandeciente, enorme, enérgico , magnético y nos obligará inexorablemente a salir a la calle y disfrutar de la vida. Y si mañana llueve, que llueva. Qué más da, sé que detrás de las nubes está el sol esperando.

miércoles, 31 de marzo de 2010

No hay tiempo


Devoramos la vida. En lugar de saborearla, de disfrutar de sus matices, la engullimos. No hay tiempo y el que hay vuela. Caminamos mirando al suelo por miedo a tropezar, en vez de mirar hacia arriba y a los lados simplemente por el placer de mirar, de ver lo que nos rodea. Nos gustaría pararnos pero tenemos prisa, no hay tiempo y tenemos que fichar. Arrancamos las hojas del calendario como si fuesen hojas de una simple libreta , sin reparar en la importancia implícita de hacerlo. Las hojas se acaban, pasan los días, los años y la vida y a penas nos damos cuenta.


Intuyo que tengo unos hilos que alguien mueve a su antojo. No quiero encerrarme 8 horas, 5 días a la semana. No quiero pero lo hago. Nadie me obliga a punta de pistola, la imposición es más sutil. Somos palabras de un gran dictado. Ejecutamos muestros actos al compás de un metrónomo, si no sigues el ritmo te señalan. Nos movemos casi por impulsos inconscientes. ¿Estamos donde estamos porque queremos o por la simple inercia de nuestros pasos? A veces lo parece. Es más fácil seguir andando que replantearse el camino. De todas formas no hay tiempo para preguntas, hay prisa y tenemos que fichar.

viernes, 26 de marzo de 2010

Lou,Marce y Ant


Mi amiga Lorenza se casa. En realidad se llama Lorena, pero la llamamos Lorenza o Lou. Tengo la extraña costumbre de cambiarle el nombre a la gente que quiero, es como un guiño de complicidad. Pues eso, que se casa y está como loca, aunque eso no es muy difícil . Se emociona con todo: llega Navidad y se emociona, hacemos el amigo invisible y se emociona, preparamos el carnaval y directamente enloquece. Se entusiasma con el vuelo de una mosca y eso es maravilloso, saber encontrar lo extraordinario en lo cotidiano. Imagínate cómo debe de estar con la imminente boda.

Sé que nos tiene algo preparado y viniendo de ella me espero cualquier cosa: proyecciones audiovisuales con sonido envolvente, fuegos de artificio, animación circense, desfile de mayorets...lo que sea. Aunque ella no suelta prenda,tiene la boca candada, la llave en el fondo del mar y se la ha comido un tiburón. Así que tendremos que esperar y dejarnos sorprender.


Cuando el calendario apunta fechas señaladas ,como la boda de una amiga, me pongo melancólica y me da por reflexionar. Rebobino en el tiempo y compruebo que conservo mis amistades y eso me gusta. La vida nos ha cambiado y cada una tiene su propia realidad, pero seguimos siendo piezas de un mismo engranaje. Cuando estamos juntas me siento como en una película coral en la que cada una es protagonista a su manera. Marga, o Marce, siempre ha sido la más precoz. Cuando yo aún intercambiaba apuntes con mis compañeros, ella ya cambiaba pañales. A veces piensa que su vida es un libro, encuadernado y publicado, pero debería saber que si quere, sólo si quiere , está a tiempo de editarlo. Ahora parece haber viajado en el tiempo, de repente se ha convertido en madre pseudo adolescente dispuesta a cenar en un chino para poder hacer botellón y fumar piel de plátano. Cualquier día se forra la carpeta con las fotos de El Duque y se escribe en la agenda "Marga x Jordi = Amor". Tiempo al tiempo. Luego está Tania, Ant. Todo un personaje. La adoptamos cuando salimos del cole y coincidió con Marga en el instituto.Sería capaz de llevarse mascarilla capilar, exfoliante, algo de maquillaje y las planchas a una isla desierta, nunca se sabe. Ella tiene una máxima: antes muerta que sencilla. Su cabeza es una olla a presión que acaba de estallar. Demasiadas cosas en ebullición: estudios, trabajo, amores, amores que van, "iban" y vienen , con " b" , pero no acaban de quedarse. Y es que sus sentimientos son como un Picasso, no acabas de saber qué quiere decir pero lo interpretas . Por último Lorena, Lorenza, la Lourens. Ella es Telma y yo soy Louise, yo soy Romie y ella Michelle. Somos muy parecidas, casi igual de frikis. Es feliz con su casa, su Cari, con su gato transexual que antes era gata, sus clases pre matrimoniales... le pasan cosas extrañísimas, a veces pienso que se las inventa para hacernos reir. Ahora dice que no le gusta el pollo a la plancha porque sabe mucho a pollo.


Con ellas comparto un montón de historias, de risas y de llanto, historias melancólicas de otros tiempos e historias que aún están por venir. Hemos pasado juntas gran parte de las etapas de nuestras cortas vidas, ¿ o ya no tan cortas?: una infancia uniformadas, tardes de botellón y amores efímeros,novios desquiciantes y novios que nos quieren y se convierten en maridos, o no porque se niegan a casarse y a tener perro, amigas que además son madres, amigas que cambian, que crecen y maduran.


Pienso en ello y me doy cuenta que con el tiempo me estoy volviendo perruna...me gusta estar con lo míos y que me rasquen detrás de las orejas. Cuando nos rencontramos con antiguos compañeros nos preguntan extrañados si todavía nos vemos y nosotras afirmamos orgullosas, con el orgullo del que sabe que no todo el mundo tiene un tesoro.

martes, 16 de marzo de 2010

Añorado walkman







Por suerte o por desgracia,dejo la elección a tu libre albedrío, viajo a diario en metro y recorro al menos unas quince paradas, lo que hace que comparta trayecto con personajes de lo más variopinto. El metro me parece un sitio realmente peculiar, una especie de menú degustación de especímenes humanos donde encuentras gente de todo tipo. Me encanta obervar al resto de pasajeros y divagar sobre sus vidas. Es una costumbre que tengo desde pequeña, cuando me sentaba con mi amiga en un banco y reiventábamos la historia del que pasara. Lamentablemente no todo el mundo tiene pasatiempos tan silenciosos ni discretos como el mío.


Estábamos sentadas una frente a la otra. Yo leía, ella parecía aburrida por la monotonía del viaje y decidió que no había mejor momento que ése para repasar las prestaciones melódicas que ofrecía su móvil. Lo hizo concienzudamente, escuchando una y otra vez todos y cada uno de los tonos y politonos . Tengo la mente dispersa y cualquier acontecimiento que pase a mi alrededor despierta mi curiosidad y dejo de prestar toda la atención que debiera a lo que esté haciendo. Imagina lo que supuso para mi perturbable concentración ese despliegue musical. Interrumpí mi lectura y me la quedé mirando fijamente, con la esperanza de que percibiera las iracundas vibraciones que estaba intentando transmitirle con mi mirada, pero fue en vano. Estaba completamenta absorta en sus quehaceres.

Fue entonces cuando sin salir de Málaga nos metimos además en Malagón. Subió al metro un chico con un desbordante sentido de la generosidad dispuesto a compartir con todos los presentes la recopilación de canciones que tenía almacenadas en su móvil. Creo que ni se le pasó por la cabeza que quizás no comportíamos los mismos gustos, aunque sospecho que poco le importaba. ¿Qué pensará la SGAE de todo esto? deberían multarle, multarle y además encarcelarle. ¿Qué tendrá en contra de los cascos? ¿por qué no usarlos? la industria "casquífera" se está yendo a pique.

La fusión entre los tonos de mi aburrida vecina y los temas del DJ fustrado se convirtieron en la banda sonora de mi vuelta a casa. Me imaginé completamente ida pisando con rabia los móviles hasta desintegrarlos pero me vi ridícula y descarté la idea. Se me ocurrió algo mucho más prudente. Me levantaría, cogería sendos móviles y los introduciría por cualquiera de los orificios que tuviesen libres en ese momento, el que más daño hiciese. Pero antes de que pudiese ejecutar alguno de mis actos psicóticos se abrieron lo que me parecieron las puertas del cielo y los dos individuos se apearon.Habían llegado a su parada, por fin.Qué descanso.

Devolvieron al metro su característico murmullo, suave y continuo. Si en ese momento hubiese tenido que pedir un deseo, lo hubiera hecho al instante, sin vacilar: por favor ,que vuelva el walkman.



viernes, 5 de marzo de 2010

Un mundo de locos


El otro día tuvimos bronca, y de las gordas. Íbamos a casa de unos amigos y en el último momento Chicho se puso malo. Sabía que si iba a la cena estaría ausente preguntándome cómo se encontraría. Pensé que lo mejor sería quedarme en casa para que no estuviera solo. Le transmití a mi novio mi preocupación y le comuniqué mis nuevos planes. Entonces me dedicó una mirada de esas que te fulminan con sólo rozarte. Él no podía entenderlo, nunca le han gustado los animales por eso no quería perro. Me propuso que nos lo lleváramos porque con toda seguridad nuestros amigos no se darían ni cuenta de que estaba. Por supuesto me negué en rotundo, Chicho no estaba para fiestas y se quedaría en casa y yo con él. Empezó entonces un chorreo de improperios, gritos y reproches. Que si estás loca, que si esto pasa de castaño oscuro, que si tú no me quieres, que no me entiendes y un largo etcétera.


Para que entiendas esta historia es importante que conozcas a Chicho. Chicho es mi perro, el de la foto. Va de princesa porque era Carnaval. Le encanta disfrazarse, como a mí. De hecho escogió personalmente el traje, creo que no tiene muy definida su orientación sexual. ¿No es adorable?. Pues bien, él es Chicho mi perro adoptado que además es imaginario.


Quizás creas que esto es propio de una demente porque es absurdo discutir por un perro que ni siquiera exsite. Pemíteme que lo cuestione y comprobarás que esta loca está más cuerda de lo que imaginas. Yo creo que todos tenemos nuestro Chicho particular: problemas innexistentes, preocupaciones absurdas que a menudo derivan en disputas sinsentido. ¿Y bien? ¿ no será que vivimos en un mundo de locos?. Por cierto, acabé quedándome en casa cuidando de Chicho...al final mi novio entró en razón.

miércoles, 3 de marzo de 2010

De zapatos,cordones o calcetines


Se dirigía hacia el metro cuando algo llamó su atención. Un zapato. Un zapato de mujer. " ¿ Qué hace un zapato en medio de la acera? si fuese viejo lo podrían haber tirado pero parece nuevo, seguro que aún debe de hacer rozadura. ¿Lo habrán perdido? pero ¿ quién pierde un zapato sin darse cuenta? puedes perder un guante, una bufanda, incluso la cabeza y no darte cuenta pero no un zapato ". A pesar de que le pareció un hecho curioso no le dió más importancia. Hasta que al salir del trabajo, ocho horas después y en la otra punta de la ciudad, la historia se repitió. Otro zapato, igualmente olvidado en medio de una calle cualquiera. Pero en vez de mujer, esta vez de hombre.Entonces, lo que en un principio se le antojó una simple anécdota empezó a tomar forma en su desbocada imaginación.

Se lo quedó mirando entre divertida y asombrada. " ¿ Será una señal cósmica?.Espero que no porque soy malísima resolviendo enigmas". Estaba segura de que no podía ser una mera coincidencia, al menos su espíritu soñador se negaba a creerlo. "Si en vez de a mí esto le pasa a Juan José Millás, te escribe un best seller" pensó. Le pareció un hallazgo fantástico, romanticismo en estado puro, la excusa perfecta para empezar a divagar sobre la historia de aquellos dos zapatos conectados entre sí ,por algo que aún desconocía pero que estaba dispuesta a inventar.

Sabía que escondían infinidad de apasoniantes historias, un montón de caminos recorridos junto unos pies que ahora los habían abandonado dejándolos desalmados. Si pudiesen hablar, o si nos parásemos a escucharles, nos contarían sus fascinantes vivencias. Decidió entonces rescatarlo y rencontrarlo con el otro zapato. Sospechó que podría ser el comienzo de una bonita historia, con anécdotas similares que compartir y la posibilidad de animarse mutuamente.

Entonces le vino a la cabeza una idea aún mejor y de repente lo entendió todo. Rescató el zapato de su bolso y lo dejó donde lo había encontrado. Dispuesta a sacrificar el final de su historia pero con la certeza de que , de esa manera, todo el que se cruzara con él podría dejarse llevar, y fantasear hasta donde la imaginación le dejara, creando cada uno su propia histora de zapatos, cordones o calcetines.

jueves, 25 de febrero de 2010

...Uno en cada mejilla


Cuando llega siempre da dos besos, uno en cada mejilla, a casi todas las de la sala... a casi todas menos a mí. Puntualizo no porque me moleste sino todo lo contrario. No soy yo muy de dar besos a quien a penas conozco, a pesar de que las veo desnudas al menos una vez a la semana. Me parece un ritual un poco absurdo en ese contexto.


Al principio era algo exclusivo para su amiga, la veía y le regalaba un par de besos. Hasta que un día la de al lado se la quedó mirando y ella dedujo que estaría pensando "y por qué a mí no si te veo cada viernes" y entonces decidió saludarla también con dos besos. Y lo mismo pasó con la del otro lado y con la de atrás y con la de delante. Sospecho que la situación se le ha ido de las manos porque cada vez somos más y por tanto más los besos a repartir. Es una especie de happy hour, de barra libre de besitos.


Todo esto me recuerda a mi época en el Tous cuando las monjas nos llevaban a alguna misa y el cura decía aquéllo de "daos la paz" y empezábamos a besarnos mutuamente, contentas de recibir un besito del guapo de clase. Era una escena muy peculiar, como si no pegase, un cura soltando un sermón a un público medio dormido que hacía caso omiso de lo que decía y de repente aquéllo se convertía en una pseudo orgía preadolescente repartiendo besos a porrillos.


Pues bien, la situación de la que te hablo es bastante similar, no encaja en su contexto, teniendo en cuenta que se desarrolla en los minutos anteriores a mi clase de aerobic, cuando estamos todas esperando al monitor enfundadas en nuestras mallas y con nuestras camisetas de propaganda customizadas. Entonces entra ella y no conformándose con un simple hola decide dar dos besos a casi todas las presentes, uno en cada mejila.

Con mi boli azul


Ni el negro, ni el rojo. El azul. Con mi boli azul anoto mis ideas, las primeras líneas de lo que pretenderán ser breves historias. Como si el boli fuese la madre y las palabras la criatura. Si quieres, estás invitad@ al bautizo.