lunes, 17 de mayo de 2010

Te la vas a comer doblada

Desde que tengo blog todo lo que veo, leo o vivo lo interpreto como una provocación o una excusa perfecta para escribir en él. El otro día, por ejemplo, iba caminando distraídamente de vuelta a casa, pensando en cosas tan banales como la pereza que me da prepararme el tupper o el asco que me dan las palomas cuando leí un cartel que rezaba: " Te la vas a comer doblada".

Me impactó tanto que pensé en echarle una foto para aportar pruebas fehacientes sobre lo que iba a escribir, pero mi móvil es de la quinta de Carracuca y no tiene cámara integrada. De hecho no tiene de nada, lo único que puedo hacer con él es mandar y recibir llamadas y mensajes. Te lo juro, por inverosímil que te parezca es cierto. De todas formas, otro día te hablaré del Sr. Noky, que sin duda merece un post para él solito pero ahora volvamos a los que nos incumbe.

El producto que anunciaban era un bocadillo en forma de torta que por sus dimensiones resultaba mucho más cómoda comérsela según las indicaciones, es decir, doblada. Así pues, la frase no era más que un simple e inocente consejo. Pero mi mente, que es menos cándida que perversa, pensó immeditamente en esa segunda lectura mucho más vulgar e irreverente, que en efecto es de lo que se trataba.

Hay que ver cómo son estos publicistas, siempre provocando y jugando con el doble sentido. Pues si se trata de ser pícaros, confieso que al leer el slogan pensé que ya que " te las vas a comer doblada", y por seguir con el jueguecito, la guarnición debería llevar cebolla, por aquello de la rima.

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