miércoles, 31 de marzo de 2010

No hay tiempo


Devoramos la vida. En lugar de saborearla, de disfrutar de sus matices, la engullimos. No hay tiempo y el que hay vuela. Caminamos mirando al suelo por miedo a tropezar, en vez de mirar hacia arriba y a los lados simplemente por el placer de mirar, de ver lo que nos rodea. Nos gustaría pararnos pero tenemos prisa, no hay tiempo y tenemos que fichar. Arrancamos las hojas del calendario como si fuesen hojas de una simple libreta , sin reparar en la importancia implícita de hacerlo. Las hojas se acaban, pasan los días, los años y la vida y a penas nos damos cuenta.


Intuyo que tengo unos hilos que alguien mueve a su antojo. No quiero encerrarme 8 horas, 5 días a la semana. No quiero pero lo hago. Nadie me obliga a punta de pistola, la imposición es más sutil. Somos palabras de un gran dictado. Ejecutamos muestros actos al compás de un metrónomo, si no sigues el ritmo te señalan. Nos movemos casi por impulsos inconscientes. ¿Estamos donde estamos porque queremos o por la simple inercia de nuestros pasos? A veces lo parece. Es más fácil seguir andando que replantearse el camino. De todas formas no hay tiempo para preguntas, hay prisa y tenemos que fichar.

viernes, 26 de marzo de 2010

Lou,Marce y Ant


Mi amiga Lorenza se casa. En realidad se llama Lorena, pero la llamamos Lorenza o Lou. Tengo la extraña costumbre de cambiarle el nombre a la gente que quiero, es como un guiño de complicidad. Pues eso, que se casa y está como loca, aunque eso no es muy difícil . Se emociona con todo: llega Navidad y se emociona, hacemos el amigo invisible y se emociona, preparamos el carnaval y directamente enloquece. Se entusiasma con el vuelo de una mosca y eso es maravilloso, saber encontrar lo extraordinario en lo cotidiano. Imagínate cómo debe de estar con la imminente boda.

Sé que nos tiene algo preparado y viniendo de ella me espero cualquier cosa: proyecciones audiovisuales con sonido envolvente, fuegos de artificio, animación circense, desfile de mayorets...lo que sea. Aunque ella no suelta prenda,tiene la boca candada, la llave en el fondo del mar y se la ha comido un tiburón. Así que tendremos que esperar y dejarnos sorprender.


Cuando el calendario apunta fechas señaladas ,como la boda de una amiga, me pongo melancólica y me da por reflexionar. Rebobino en el tiempo y compruebo que conservo mis amistades y eso me gusta. La vida nos ha cambiado y cada una tiene su propia realidad, pero seguimos siendo piezas de un mismo engranaje. Cuando estamos juntas me siento como en una película coral en la que cada una es protagonista a su manera. Marga, o Marce, siempre ha sido la más precoz. Cuando yo aún intercambiaba apuntes con mis compañeros, ella ya cambiaba pañales. A veces piensa que su vida es un libro, encuadernado y publicado, pero debería saber que si quere, sólo si quiere , está a tiempo de editarlo. Ahora parece haber viajado en el tiempo, de repente se ha convertido en madre pseudo adolescente dispuesta a cenar en un chino para poder hacer botellón y fumar piel de plátano. Cualquier día se forra la carpeta con las fotos de El Duque y se escribe en la agenda "Marga x Jordi = Amor". Tiempo al tiempo. Luego está Tania, Ant. Todo un personaje. La adoptamos cuando salimos del cole y coincidió con Marga en el instituto.Sería capaz de llevarse mascarilla capilar, exfoliante, algo de maquillaje y las planchas a una isla desierta, nunca se sabe. Ella tiene una máxima: antes muerta que sencilla. Su cabeza es una olla a presión que acaba de estallar. Demasiadas cosas en ebullición: estudios, trabajo, amores, amores que van, "iban" y vienen , con " b" , pero no acaban de quedarse. Y es que sus sentimientos son como un Picasso, no acabas de saber qué quiere decir pero lo interpretas . Por último Lorena, Lorenza, la Lourens. Ella es Telma y yo soy Louise, yo soy Romie y ella Michelle. Somos muy parecidas, casi igual de frikis. Es feliz con su casa, su Cari, con su gato transexual que antes era gata, sus clases pre matrimoniales... le pasan cosas extrañísimas, a veces pienso que se las inventa para hacernos reir. Ahora dice que no le gusta el pollo a la plancha porque sabe mucho a pollo.


Con ellas comparto un montón de historias, de risas y de llanto, historias melancólicas de otros tiempos e historias que aún están por venir. Hemos pasado juntas gran parte de las etapas de nuestras cortas vidas, ¿ o ya no tan cortas?: una infancia uniformadas, tardes de botellón y amores efímeros,novios desquiciantes y novios que nos quieren y se convierten en maridos, o no porque se niegan a casarse y a tener perro, amigas que además son madres, amigas que cambian, que crecen y maduran.


Pienso en ello y me doy cuenta que con el tiempo me estoy volviendo perruna...me gusta estar con lo míos y que me rasquen detrás de las orejas. Cuando nos rencontramos con antiguos compañeros nos preguntan extrañados si todavía nos vemos y nosotras afirmamos orgullosas, con el orgullo del que sabe que no todo el mundo tiene un tesoro.

martes, 16 de marzo de 2010

Añorado walkman







Por suerte o por desgracia,dejo la elección a tu libre albedrío, viajo a diario en metro y recorro al menos unas quince paradas, lo que hace que comparta trayecto con personajes de lo más variopinto. El metro me parece un sitio realmente peculiar, una especie de menú degustación de especímenes humanos donde encuentras gente de todo tipo. Me encanta obervar al resto de pasajeros y divagar sobre sus vidas. Es una costumbre que tengo desde pequeña, cuando me sentaba con mi amiga en un banco y reiventábamos la historia del que pasara. Lamentablemente no todo el mundo tiene pasatiempos tan silenciosos ni discretos como el mío.


Estábamos sentadas una frente a la otra. Yo leía, ella parecía aburrida por la monotonía del viaje y decidió que no había mejor momento que ése para repasar las prestaciones melódicas que ofrecía su móvil. Lo hizo concienzudamente, escuchando una y otra vez todos y cada uno de los tonos y politonos . Tengo la mente dispersa y cualquier acontecimiento que pase a mi alrededor despierta mi curiosidad y dejo de prestar toda la atención que debiera a lo que esté haciendo. Imagina lo que supuso para mi perturbable concentración ese despliegue musical. Interrumpí mi lectura y me la quedé mirando fijamente, con la esperanza de que percibiera las iracundas vibraciones que estaba intentando transmitirle con mi mirada, pero fue en vano. Estaba completamenta absorta en sus quehaceres.

Fue entonces cuando sin salir de Málaga nos metimos además en Malagón. Subió al metro un chico con un desbordante sentido de la generosidad dispuesto a compartir con todos los presentes la recopilación de canciones que tenía almacenadas en su móvil. Creo que ni se le pasó por la cabeza que quizás no comportíamos los mismos gustos, aunque sospecho que poco le importaba. ¿Qué pensará la SGAE de todo esto? deberían multarle, multarle y además encarcelarle. ¿Qué tendrá en contra de los cascos? ¿por qué no usarlos? la industria "casquífera" se está yendo a pique.

La fusión entre los tonos de mi aburrida vecina y los temas del DJ fustrado se convirtieron en la banda sonora de mi vuelta a casa. Me imaginé completamente ida pisando con rabia los móviles hasta desintegrarlos pero me vi ridícula y descarté la idea. Se me ocurrió algo mucho más prudente. Me levantaría, cogería sendos móviles y los introduciría por cualquiera de los orificios que tuviesen libres en ese momento, el que más daño hiciese. Pero antes de que pudiese ejecutar alguno de mis actos psicóticos se abrieron lo que me parecieron las puertas del cielo y los dos individuos se apearon.Habían llegado a su parada, por fin.Qué descanso.

Devolvieron al metro su característico murmullo, suave y continuo. Si en ese momento hubiese tenido que pedir un deseo, lo hubiera hecho al instante, sin vacilar: por favor ,que vuelva el walkman.



viernes, 5 de marzo de 2010

Un mundo de locos


El otro día tuvimos bronca, y de las gordas. Íbamos a casa de unos amigos y en el último momento Chicho se puso malo. Sabía que si iba a la cena estaría ausente preguntándome cómo se encontraría. Pensé que lo mejor sería quedarme en casa para que no estuviera solo. Le transmití a mi novio mi preocupación y le comuniqué mis nuevos planes. Entonces me dedicó una mirada de esas que te fulminan con sólo rozarte. Él no podía entenderlo, nunca le han gustado los animales por eso no quería perro. Me propuso que nos lo lleváramos porque con toda seguridad nuestros amigos no se darían ni cuenta de que estaba. Por supuesto me negué en rotundo, Chicho no estaba para fiestas y se quedaría en casa y yo con él. Empezó entonces un chorreo de improperios, gritos y reproches. Que si estás loca, que si esto pasa de castaño oscuro, que si tú no me quieres, que no me entiendes y un largo etcétera.


Para que entiendas esta historia es importante que conozcas a Chicho. Chicho es mi perro, el de la foto. Va de princesa porque era Carnaval. Le encanta disfrazarse, como a mí. De hecho escogió personalmente el traje, creo que no tiene muy definida su orientación sexual. ¿No es adorable?. Pues bien, él es Chicho mi perro adoptado que además es imaginario.


Quizás creas que esto es propio de una demente porque es absurdo discutir por un perro que ni siquiera exsite. Pemíteme que lo cuestione y comprobarás que esta loca está más cuerda de lo que imaginas. Yo creo que todos tenemos nuestro Chicho particular: problemas innexistentes, preocupaciones absurdas que a menudo derivan en disputas sinsentido. ¿Y bien? ¿ no será que vivimos en un mundo de locos?. Por cierto, acabé quedándome en casa cuidando de Chicho...al final mi novio entró en razón.

miércoles, 3 de marzo de 2010

De zapatos,cordones o calcetines


Se dirigía hacia el metro cuando algo llamó su atención. Un zapato. Un zapato de mujer. " ¿ Qué hace un zapato en medio de la acera? si fuese viejo lo podrían haber tirado pero parece nuevo, seguro que aún debe de hacer rozadura. ¿Lo habrán perdido? pero ¿ quién pierde un zapato sin darse cuenta? puedes perder un guante, una bufanda, incluso la cabeza y no darte cuenta pero no un zapato ". A pesar de que le pareció un hecho curioso no le dió más importancia. Hasta que al salir del trabajo, ocho horas después y en la otra punta de la ciudad, la historia se repitió. Otro zapato, igualmente olvidado en medio de una calle cualquiera. Pero en vez de mujer, esta vez de hombre.Entonces, lo que en un principio se le antojó una simple anécdota empezó a tomar forma en su desbocada imaginación.

Se lo quedó mirando entre divertida y asombrada. " ¿ Será una señal cósmica?.Espero que no porque soy malísima resolviendo enigmas". Estaba segura de que no podía ser una mera coincidencia, al menos su espíritu soñador se negaba a creerlo. "Si en vez de a mí esto le pasa a Juan José Millás, te escribe un best seller" pensó. Le pareció un hallazgo fantástico, romanticismo en estado puro, la excusa perfecta para empezar a divagar sobre la historia de aquellos dos zapatos conectados entre sí ,por algo que aún desconocía pero que estaba dispuesta a inventar.

Sabía que escondían infinidad de apasoniantes historias, un montón de caminos recorridos junto unos pies que ahora los habían abandonado dejándolos desalmados. Si pudiesen hablar, o si nos parásemos a escucharles, nos contarían sus fascinantes vivencias. Decidió entonces rescatarlo y rencontrarlo con el otro zapato. Sospechó que podría ser el comienzo de una bonita historia, con anécdotas similares que compartir y la posibilidad de animarse mutuamente.

Entonces le vino a la cabeza una idea aún mejor y de repente lo entendió todo. Rescató el zapato de su bolso y lo dejó donde lo había encontrado. Dispuesta a sacrificar el final de su historia pero con la certeza de que , de esa manera, todo el que se cruzara con él podría dejarse llevar, y fantasear hasta donde la imaginación le dejara, creando cada uno su propia histora de zapatos, cordones o calcetines.