miércoles, 3 de marzo de 2010

De zapatos,cordones o calcetines


Se dirigía hacia el metro cuando algo llamó su atención. Un zapato. Un zapato de mujer. " ¿ Qué hace un zapato en medio de la acera? si fuese viejo lo podrían haber tirado pero parece nuevo, seguro que aún debe de hacer rozadura. ¿Lo habrán perdido? pero ¿ quién pierde un zapato sin darse cuenta? puedes perder un guante, una bufanda, incluso la cabeza y no darte cuenta pero no un zapato ". A pesar de que le pareció un hecho curioso no le dió más importancia. Hasta que al salir del trabajo, ocho horas después y en la otra punta de la ciudad, la historia se repitió. Otro zapato, igualmente olvidado en medio de una calle cualquiera. Pero en vez de mujer, esta vez de hombre.Entonces, lo que en un principio se le antojó una simple anécdota empezó a tomar forma en su desbocada imaginación.

Se lo quedó mirando entre divertida y asombrada. " ¿ Será una señal cósmica?.Espero que no porque soy malísima resolviendo enigmas". Estaba segura de que no podía ser una mera coincidencia, al menos su espíritu soñador se negaba a creerlo. "Si en vez de a mí esto le pasa a Juan José Millás, te escribe un best seller" pensó. Le pareció un hallazgo fantástico, romanticismo en estado puro, la excusa perfecta para empezar a divagar sobre la historia de aquellos dos zapatos conectados entre sí ,por algo que aún desconocía pero que estaba dispuesta a inventar.

Sabía que escondían infinidad de apasoniantes historias, un montón de caminos recorridos junto unos pies que ahora los habían abandonado dejándolos desalmados. Si pudiesen hablar, o si nos parásemos a escucharles, nos contarían sus fascinantes vivencias. Decidió entonces rescatarlo y rencontrarlo con el otro zapato. Sospechó que podría ser el comienzo de una bonita historia, con anécdotas similares que compartir y la posibilidad de animarse mutuamente.

Entonces le vino a la cabeza una idea aún mejor y de repente lo entendió todo. Rescató el zapato de su bolso y lo dejó donde lo había encontrado. Dispuesta a sacrificar el final de su historia pero con la certeza de que , de esa manera, todo el que se cruzara con él podría dejarse llevar, y fantasear hasta donde la imaginación le dejara, creando cada uno su propia histora de zapatos, cordones o calcetines.

2 comentarios:

  1. Eres la bomba, dedicate profesionalmente a escribir

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  2. Sabía que escribias bien, pero esto está mejor que bien!!! Mireyot en unos años me veo siguiendo tus libros....me encanta!

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