martes, 7 de diciembre de 2010

Qué hace una chica como yo en un sitio como éste

Cuando cumples ciertas edades compruebas que las alternativas de ocio nocturnas, en cuanto a discotecas se refiere, presentan algunas lagunas para los de tu quinta , la sensación se acentúa cuando sales simplemente por pasar el rato, sin intención de acechar ninguna presa.

En el momento en que entras en una discoteca y ves que le sacas hasta 10años a los que te rodean, puedes decir dos cosas, primero; que quizá tu sitio no está entre esas cuatro paredes y segundo;que ya has iniciado tu camino hacia el pureteo. Los años que te separen de ellos te indicarán cuán cerca estás de la meta, o incluso si ya la has rebasado. En este último caso te aconsejo que des media vuelta y vuelvas a casa, alquiles una peli y te envuelvas con una manta. Hay que saber retirarse a tiempo y sobre todo y más importante, con dignidad.

Te lo digo más que nada porque puede resultar traumático darte cuenta de que no pintas nada, entre tanto post púber ultra maqueado/a . Porque hay qué ver cómo está el patio...Ahora no basta con ponerte falda y alisarte el pelo ( yo soy de las que piensa que con alisarte el pelo está todo arreglado) Las cosas han cambiado... ¡y mucho!. Ahora tienes que mezclarte con cuerpos esculturales bronceados en pleno diciembre, con los pechotes desorbitados desafiando a la gravedad, con estilismos estudiadísimos, tacones que requieren arnés para subirse a ellos y peinados cuyo making off es igual de complejo que el de "El Señor de los Anillos". Por no hablar del sector masculino, que cuenta con los miembros más hipermusculados de la historia. Parece que tengan golondrinos porque han de llevar los brazos medio abiertos, la masa muscular les impide bajarlos del todo. Como esto siga así, sospecho que en un futuro próximo en vez de beberse un cubata, aprovecharán el tiempo y se tomarán un batido de esos protéicos, para que sus músculos sigan creciendo sin descanso. Es todo muy natural. A veces no sabes si estás en una discoteca al uso o si los lugareños se están disputando el título de guap@ oficial. Tanto es así que corre una leyenda urbana que dice que ahora te pueden vetar la entrada por no estar lo suficientemente buenorro/a. Por ejemplo, si la bola de tu brazo o una de tus tetas es más pequeña que la cabeza del portero, te pueden dejar en la calle.

Ante semejante panorama, es comprensible que me sienta a la altura del betún, incapaz de superar tamaña sofisticación y la idea de volver a mi guarida me aceche sin cesar. Yo, que soy de lo más normal, que llevo el mismo peinado desde que tengo pelo y empiezo a ponerme cuello alto a finales de agosto. Qué hago pasando penurias y poniendo a prueba mi autoestima pudiendo estar en casa calentita. Éste es otro de los indicadores fiables de que vas dejando atrás la edad del pavo y ganando en sensatez. La insensibilidad hacia el frío es inversamente proporcional a la edad, lo que te permite desafiar a las gélidas temperaturas y pasearte alegremente en tirantes con un escote por el que te asoma el ombligo. Cuando emprendes el camino del pureteo la lana gana a la licra y el cuello alto desbanca al escote, cambias aquello de " Lo que se coman los gusanos que lo vean los cristianos" por un dicho mucho más pragmático "Mejor sugerir que enseñar" y cuando ya eres 100% pureta te riges por lo de "Ande yo caliente, ríase la gente".

Después de esta reflexión nocturna, realmente creo que hay un eslabón perdido para los que tenemos entre veinte muchos y treinta y tantos.O te rodeas de post adolescentes ávidos de todo o de gente que podría salir en la orla de tus padres... Algo falla... Propongo un nuevo baremo para las discotecas, " para mayores de 25 pero menores de 35" ( lo siento, cuando pasas de los 35 eres oficialmente pureta, aunque tú te sientas un jovenzuelo/a, pero bueno venga, si te conservas bien te podría dejar pasar), de este modo evitaríamos escenas tan surrealistas como la que yo viví cuando,en una de mis escapadas nocturnas, se me acercó un proyecto de macho alfa de entre 17 y 19 años y me preguntó a qué hora tenía que estar en casa...¡os juro que es cierto! en parte me alegré porque eso me indicaba que mis incipientes patas de gallo no son tan acusadas como pensaba, aunque a pesar del halago no pude dejar de preguntarme con cierta nostalgia " Qué hace una chica como yo en un sitio como éste."

3 comentarios:

  1. ¡Qué razón tienes! Yo ahora cuando salgo siempre acabo preguntándome "Qué c*ño pinto aquí." Ahora todos los sitios son o para adolescentes o para auténticos puretas de cincuenta p'arriba. Además, que llega un momento que el cuerpo ya no está para aguantar hasta las 6:30 por ahí.

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  2. Una reflexión muy acertada! para los de treinta y pocos (entre los cuales me incluyo) nos encontramos con un panorama desolador, y no sólo eso, sino que la gente encima espera encontrar a su media naranja idealizada y no se da cuenta de que lo único que existe en esta vida son las personas reales. Mal vamos, mal vamos...

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  3. Ay Mireusky trusky!!!me encanta! tienes toda la razón! ya sé que a mi me consideráis siempre una niñata en el departamento, sobretodo Ruth, pero hasta yo me siento así cuando voy por ejemplo, a sitios tipo la Ovella negra...lleno de gente joven borrachos hasta arriba, tumbados en la mesa por la cantidad de alcohol en sangre que llevan, y riéndose de cosas que a mi no me hacen gracia...vamos, que me siento súper fuera de onda a veces también, aunque no os lo creáis. :)
    Repito, me encanta tu blog! un besito!

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