lunes, 6 de julio de 2015

¿Una firmita?

Imagina que vas paseando tranquilamente por la calle y cuando vuelves de tu ensoñación vislumbras a escasos metros un pelotón de alegres muchachos, con chaleco distintivo y carpetita en mano, recaudando fondos para causas tan  plausibles como variopintas: "Recuperemos el Esperanto" , "Acabemos con el pulgón verde ( que tanto daño está haciendo al cultivo de la remolacha)" etcétera, etcétera, etcétera.

Parecen inofensivos... pero no. Y tú lo sabes. 

Se colocan estratégicamente a lo ancho de la acera ocupando diferentes coordenadas para que no haya forma humana de esquivarlos. Si quieres llegar a tu destino tendrás que enfrentarte a ellos.  

¿Qué haces?

a) Finges un desmayo y esperas a que venga a recogerte la ambulancia. Ya le explicarás al personal sanitario lo que ha pasado, seguro que entenderán tu reacción. 

b) Te paralizas durante unos segundos sin saber qué hacer. En ese lapso de tiempo, notas que uno de ellos te ha descubierto  y se dirige hacia ti haciendo aspavientos  y con una amplia e inquietante sonrisa . ¡Mecagüen! . Entonces decides jugarte el pellejo y sortear el tráfico para cambiar de acera. Es arriesgado pero merece la pena intentarlo, lo que sea con tal de evitarlos. 

c) Te muestras impasible. Nada, ni nadie se interpondrá en tu camino, así que te envalentonas y sigues adelante. Ya pensarás cómo te deshaces de ellos cuando llegue el momento 

Si has escogido la opción A y/o B, tienes un problema.

¿Sufriste algún episodio traumático entre los 0 y los 4 años? No quiero psicoanalizarte pero intuyo trauma. Ya va siendo hora de que asumas tus miedos. 

Si por el contrario te has decantado por la C, te felicito por tu gallardía. ¡Enhorabuena! No todos tienen el valor de plantar cara a Los Chicos del Chaleco. 

 Si estás dispuesto a enfrentarte a ellos pero te gustaría evitar la monserga, he recopilado algunas excusas para que puedas salir airoso:

1 ) Mejorar la clásica excusa "No tengo tiempo". Es demasiado ambigua. Si la completas la haces más creíble.  " No tengo tiempo... he de recoger a  los niños del cole/ tengo la comida en el fuego/ acabo de romper aguas" en tu imaginación está el límite.  Si argumentas la excusa,  reduces la probabilidad de réplica. De nada. 

2 ) Esconderte detrás de tu mano, si usas las dos mucho mejor. Siguiendo la creencia "Si yo nos les veo a ellos, ellos no me ven a mí" Es un poco pueril pero oye, igual les das tanta pena, que pasan de ti. 

3) Meter la cabeza en el bolso  como si estuvieras buscando algo y te fuera la vida en ello. Lo importante es evitar el contacto visual, así aunque se dirijan a ti, siempre puedes hacerte la loca.

4) Atender una inexistente llamada. Un clásico entre los clásicos. Asegúrate de que el móvil está en silencio para que no te suene en medio de la "conversación".      

5) He dejado para la última la que para mí es la reina de las excusas. La perfección hecha excusa. Dice así: "Gracias, ya colaboro".  Educada, simple y directa. Sencillamente sublime. La usa mi amiga Lorena, gracias Lou por esta gran aportación.Yo recurro a ella muy a menudo. 

Y hasta aquí mi repertorio de embustes y  farsas que espero que os sean de utilidad. No es que me sienta orgullosa de él pero creo que era necesario.  

Porque a Los Chicos del Chaleco no les basta con un simple "No, gracias". Son increíblemente persuasivos. Están programados para tocarte la fibra, aunque la causa que defiendan te la traiga al pairo.

Te lo digo yo, que llevo años financiando una asociación que vela por el bienestar de las palomas urbanas, un bicho que me repugna y desde hace unos meses tengo apadrinada una zarigüeya maltesa. Se llama Zari. Un animal que , entre tú y yo, no tengo claro que exista. Pero bueno... no supe decir que no.  

Así que, poca broma amig@s. Poca broma.      






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